Si una persona sabe que es portadora de una enfermedad genética, puede optar por no correr el riesgo de pasar dicha enfermedad a su descendencia. Sin embargo, la mayoría de nosotros desconoce todo lo que podría estar oculto en nuestro ADN.
Por esta razón, una prueba genética llamada Counsyl, busca lograr que los monitoreos previos al embarazo se conviertan en algo rutinario. Esta prueba cuyo costo es de trescientos cincuenta dólares, utiliza muestras de saliva para detectar enfermedades genéticas raras que podrían llevarse sin saber.
Esta prueba genética universal funciona en cualquier persona, tanto hombres como mujeres. Después de las pruebas, los individuos o parejas estarán informados de los riesgos asociados a la procreación de hijos; de entre las más de cien enfermedades que esta prueba es capaz de detectar. Sus creadores tienen la esperanza de que su producto ayude a eliminar las enfermedades genéticas de la sociedad, como la enfermedad de Tay-Sachs. Esta pruebas podrían ayudar a prevenir miles de muertes infantiles, pero también podrían abrir el camino a los diseñadores de bebés.
Algunas personas que utilizan la fertilización in vitro, podrían optar por un método que consiste en detectar de forma selectiva los embriones fecundados, eligiendo aquellos que no tengan una enfermedad genética (procedimiento que es ilegal en Alemania por cierto). Para muchos, estas prácticas podrían definirse como una suerte de discriminación genética y en más de un sentido serían controversiales. Peor aún, si tuviéramos que hacer una predicción, estas pruebas de detección genética llevarían a más de un matrimonio directo al divorcio, si no es que ya ha ocurrido.
Dejando los problemas éticos y los intereses financieros de lado, es importante señalar que Counsyl no sería la prueba genética más avanzada disponible, después de todo hay miles de enfermedades con causas genéticas y esta sólo se centra en cien de ellas. Sin mencionar que aún existe un largo camino por recorrer para cumplir el deseo personalizar a nuestra descendencia.
